La propuesta:
El principal reto del proyecto de Saigu Cosmètics era trasladar los valores que definen la marca, naturaleza y espacios abiertos, en un ambiente contrastado como es el entorno urbano del barrio de gracia.
Saigu, que significa agua en menorquín, tenía claro que iba a crear sus propias formulaciones y que iba a ser totalmente transparente. Esta filosofía es la que les lleva a querer tener un espacio físico donde la gente pueda ver cómo crean sus productos, y también una tienda donde vender sus productos, que hasta ahora solo se vendían online.
Preexistencias:
El espacio de Saigu es «muy fresco», con colores claros, vegetación y completamente abierto (se quitó el falso techo para darle más amplitud y se han hecho los arcos desde cero), con las celosías y la madera como elementos diferenciales. La idea es que el local transmita los mismos valores que definen a los productos de la marca, con una cosmética natural, fácil de usar y envases también muy sencillos. En horario comercial, los clientes que visiten la flagship de Saigu no solo podrán ver el laboratorio abierto y pasar para conocerlo, sino que incluso está previsto que puedan ‘fabricar’ cosméticos propios.
La tienda de Saigu ha abierto justo frente al mercado de la Abacería, recién demolido para reconstruirlo de nuevo. En el proyecto destaca el laboratorio, con paredes transparentes y una puerta en acordeón que se abre a la tienda, donde estas se unen, encontramos también una zona de maquillaje interactiva, donde los clientes pueden probar productos y se realizan colaboraciones con influencers.
Gerard y David buscaban un espacio físico donde sus clientes pudieran conocer cómo se fabrican sus cosméticos, dado que la transparencia es una de sus máximas junto con el respeto al medio ambiente. Ese espacio, que primero iba a ser un laboratorio abierto, fue evolucionando hasta convertirse en una tienda-laboratorio.